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La casa de Kepa Acero es un coche

Dejó el surf profesional y se compró una cámara. Ahora viaja por todo el mundo y cuelga en internet sus hazañas.

Cuando Kepa Acero sale por la puerta de su casa dice que se va de viaje por unos meses, pero sabe que seguramente sean algunos más de los que ha calculado. En los sitios a los que va no han llegado el turismo y los resorts, ni hay pulseras de 'todo incluido', ni oficinas de información, ni guiris tostándose… solo naturaleza en estado puro y olas. Muchas olas.

Comenzó a practicar surf siendo muy pequeño. No es extraño, porque sus hermanos ganaban campeonatos y él heredaba sus tablas. Con 8 años comenzó a subirse sobre las olas. A otros les da por patear un balón (¿qué le vamos a hacer?), pero en casa de los Acero había trajes de neopreno y parafina.

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Y resulta que a Kepa se le daba bien eso de surfear, y comenzó a ganar campeonatos internacionales. Pero tenía la mosca detrás de la oreja. Algo no le cuadraba del todo, hasta que descubrió que a él lo que le gustaba no era competir, prefería viajar con su tabla por todo el mundo y grabarse a sí mismo. Era el momento de dejarlo todo y cumplir un sueño que se le había puesto muy a tiro.

Un rollo muy D.I.Y., que comenzó con su primera cámara y de manera autodidacta, grabando y editando vídeos. Pero que nadie se equivoque, no quería hacer un remake de El Gran Miércoles -que, por cierto, es su peli de surf favorita- sino vídeos de verdad en los que las pasa canutas hasta que llega a algún lugar remoto que tiene entre ceja y ceja desde hace tiempo. Y después empieza a cabalgar en el agua. Vídeos que reflejan lo que hace un verdadero Espíritu Libre chapoteando por las playas.

¿Cómo es su equipaje? Algo de ropa, tablas de surf y cámaras. Nada más. Y cuando llega al Continente de turno, alquila un coche y lo convierte en su hogar. Nada más, sin lujos y sin complicaciones. Así no paga alquiler y tampoco sabe dónde va a estar cada día. Luego hace vídeos y los sube a su web y a las redes sociales. Y a los fans se les cae la baba. Mucho mejor que los documentales de La 2, porque lo que sale en las pelis de Kepa es un tipo que se funde (a veces, demasiado) con la naturaleza.

Aunque no lo parezca, lo suyo es un trabajo y un verdadero currazo. Él reconoce que lo que hace tampoco es muy normal. Y lo saben bien en casa, cuando avisa que quizá llegue tarde. Vamos, nada, un retrasillo de… un par de meses. Porque ha encontrado una playa en África a la que quiere llegar y el coche le ha dejado tirado en unas dunas. Todo esto lo graba, no vaya a ser que alguien no le crea cuando explica por qué se ha retrasado. Los álbumes de fotografía de Kepa Acero son mucho más divertidos que los de los pesados-mochileros de tus amigos cuando han estado 15 días 'sufriendo' en la India.

Nuestros héroes no salen en las noticias. Ni protagonizan películas. Ni venden exclusivas. Son buenas gentes que una vez tuvieron lo que hay que tener para dejarlo todo y cumplir sus sueños. Lo que hacían no iba con ellos y descubrieron que dentro llevaban un ESPÍRITU LIBRE.

Quizá te ha pasado a ti, y eres uno de esos héroes anónimos pero no te has atrevido a contarlo. Ahora tienes una oportunidad, porque SOL busca a los Espíritus Libres del año. Solo tienes que entrar en la web, contar tu historia y ponernos los dientes largos.