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Christian Cueva: Sin ser ningún experto ni nada, me pareció que —de los referentes que podíamos tener de terror mexicano clásico, si se le puede llamar así— Taboada era el que más valía la pena rescatar. Como dice uno de los expertos entrevistados en el documental: el cine de terror mexicano estaba muy relacionado con la comedia, había monstruos que venían del espacio, el Santo, las mujeres vampiro… De repente están las películas de Taboada que son películas serias, si quieres verlo así, que estaban más ligadas al cine de terror británico, como el de la Hammer, o al cine de terror clásico de Estados Unidos. Entonces creo que eso fue lo que más llamó mi atención, que quizá era el único cineasta de terror serio del panorama, y me parecía que era la única referencia del cine de terror en México.
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El proyecto comenzó hace unos dos años y medio, cuando recién llegué al DF. Luego, un día estaba viendo el periódico y vi que decía "Cineastas llevarán a la pantalla un guión inédito de Carlos Enrique Taboada", un guión supuestamente inédito que se llama Jirón de niebla… Entonces fui y le dije Pablo Guisa, el director de Mórbido, que había descubierto que Taboada tenía una quinta película de terror de la que nadie nunca había hablado, y él me dice: "No, Jirón de niebla sí se hizo pero nadie la ha visto, porque se perdió. Se filmó a finales de los ochenta y por circunstancias muy particulares, misteriosas, políticas y demás, la película fue confiscada". Básicamente así empezó. En ese momento trabajaba en el Universal y pensé que podía ser un buen reportaje, luego un buen video… hasta que conseguí un poco de apoyo para poder hacer un largometraje documental.
Fueron dos cosas: primero encontrar a toda la gente que estuvo involucrada en la película, porque parece que uno de los esfuerzos más grandes que hicimos fue reunir a la mayoría de las personas que estuvieron en la filmación de Jirón de niebla, tanto en los departamentos técnicos como en departamento de dirección y actores. Y el siguiente punto que creo que fue muy complicado fue el tema de lidiar con la incertidumbre de si íbamos a encontrar o no la película.
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No llegamos a ese punto, primero recurrimos a todas las personas que habían estado en la filmación: asistente de producción, la actriz… Y la idea fue preguntarles si alguno de ellos se había quedado quizás con alguna copia. En algún punto, uno de ellos nos dijo que sí, que él podría tener una copia y durante mucho tiempo estuvimos pensando que la íbamos a encontrar gracias a él, que quizá estaba en su archivo, en una bodega en Los Ángeles. Fue como un trayecto muy largo que estuvo unido al hallazgo que hicimos en la Filmoteca, pero nunca recurrimos a las autoridades policiales ni del ejército, principalmente porque —al tratarse de una situación tan delicada— siempre pensamos en que no provocara problemas a algunas de las personas que estuvieron involucradas.Y en el tema de la Filmoteca yo no diría que es un tema de negligencia sino un tema de recursos, porque no deja de ser un espacio valioso para el resguardo de materiales; sin embargo en este momento ellos no contaban con el equipo para revisar estas cintas que les llevó el productor de Jirón de niebla, y por eso hasta que se hizo el documental no sabían que lo tenían, y no sé si algún día lo iban a saber.
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Taboada no era ningún Michael Bay, no era un James Cameron. Él batalló por motivos de presupuesto con cada película que hizo, lo dice en la entrevista: siempre hizo cine miserable, ajustándose a las necesidades de los productores. Ya ves que en alguna parte dice [como imitando lo que los productores dicen a los escritores]: "¿Cómo que este helicóptero se incendia? No puede decir que es una bicicleta que se estrella? Bueno, señor, se lo hacemos en bicicleta…" Entonces creo que Taboada hubiera estado de acuerdo en que como hoy, hay un cine más accesible para todos, más fácil de ver, y más económico para realizarse. A Taboada este asunto de los bajos presupuestos, nuevos formatos que son más económicos, de los nuevos sistemas de edición que son más rápidos y más económicos le hubiera encantado. Porque fue un cineasta no obsesionado en hacer grandes películas en un sentido presupuestal, sino grandes películas en el sentido argumental, dramático, cinematográfico al final.Vicente Silva Lombardo, el productor, es un personaje muy interesante porque él fue, si no el primero, uno de los primeros en proponer el uso del video para cine en México. Jirón de niebla fue de los primeros intentos de hacer cine en video en este país, para abaratar costos. Y de adaptarse un poco a este mercado del videohome.
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Lo que encontramos fueron dos cintas, una de esas cintas tiene aproximadamente cinco minutos, que es el principio de la película. Es la primera escena, que es la escena más importante, por fortuna. Y la segunda cinta que encontramos tiene entre 40 y 45 minutos más, que es la segunda parte de la película. No encontramos la película completa pero encontramos digamos el 55 por ciento de la peli, lo cual también se presta para algo interesante. Lo que me pregunto ahora es ¿qué puede hacerse a partir del material de una película que está incompleta?, ¿cómo contextualizas ese material?, ¿cómo lo conviertes en un largometraje al final también?Por más que la película esté perdida y que no hayamos encontrado todo el material, me parece que el porcentaje de Jirón de niebla que encontramos tiene que verse. Siento que no tiene que verse como una película completa sino que tiene que reinterpretarse, ese material tiene que usarse.
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Cuando me vine para acá con la idea de hacer mi primera película, yo siempre pensé que sería una película de ficción; no estaba para nada relacionado con el tema del documental. Entonces de repente surge Jirón de niebla y como que me quedo atrapado en eso. No tengo mucha experiencia viendo documental y mucho menos haciéndolo. Lo que hice fue comenzar a ver documentales, cómo se hacía un documental y lo que más me llamó la atención fueron los documentales de Errol Morris, por lo menos estéticamente para mí fueron el referente más importante. Documentales con los personajes en close up, en muchos casos un escenario real, pero la mayoría estaba en un escenario recreado y me da la impresión de que los documentales de Errol Morris eran confesiones. Más que gente relatándote su historia a secas, era gente confesándose ante la cámara.De hecho hay par de secuencias ahí en el documental que son un par de homenajes a su trabajo.¿Cuál es tu película favorita de Taboada?
Más negro que la noche .¡Gracias, Christian!Sigue a @misslexia