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Los 43 que faltan

Maestros prenden fuego al palacio municipal de Iguala

Las protestas iniciaron cuando el procurador general acusó al presidente municipal fugitivo de Iguala de haber ordenado el ataque ocurrido el 26 de septiembre contra los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa.

Este miércoles, algunos manifestantes se abalanzaron y prendieron fuego al palacio municipal de Iguala, en Guerrero. Éste es uno de los incidentes violentos más recientes en el pueblo donde desaparecieron 43 normalistas locales el mes pasado, un caso que estremeció a la nación.

Las protestas comenzaron cuando Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República, acusó al alcalde de Iguala —actualmente fugitivo— de haber ordenado el ataque ocurrido el día 26 de septiembre contra los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa que dejó seis muertos y 43 desaparecidos. Murillo Karam emitió una orden de aprehensión en contra del funcionario, su esposa y el jefe de la policía municipal, quienes se dieron a la fuga después del incidente.

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El objetivo de la protesta en Iguala era expresar la inconformidad contra el poder central del municipio. Sin embargo, después de que se fueron los maestros y los alumnos que lideraron la protesta, VICE News vio cómo un grupo no afiliado, conformado en su mayoría por jóvenes enmascarados, entró al palacio municipal y se llevó muebles, ventiladores y televisiones.

Los incidentes independientes realizados por grupos inconexos son una señal de que, en el mejor de los casos, la gobernanza civil es frágil en Iguala. Aun así, está programado el nombramiento de Luis Mazón, actual presidente interino, como nuevo presidente municipal.

Durante los ataques al palacio municipal, la policía federal (encargada de la seguridad pública a partir de los ataques ocurridos en septiembre) brilló por su ausencia. Antes de que llegaran los manifestantes de Ayotzinapa, los oficiales armados y sus camionetas desalojaron la plaza central y el hotel principal de Iguala después de usarlos como base por varios días.

Estudiantes normalistas de Ayotzinapa, familiares y simpatizantes marchan hacia Iguala el día miércoles 22 de octubre. Iguala se considera la cuna de la bandera nacional de México (Foto por Hans Maximo Musielik).

A las 9AM, los estudiantes que sobrevivieron al ataque y los padres de los desaparecidos partieron del campus de Ayotzinapa en diez autobuses hacia la ciudad de donde se llevaron a sus compañeros en patrullas y jamás los volvieron a ver. Una hora después se les unió una caravana de 12 autobuses en los que viajaba la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).

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A la caravana también se unieron otros ocho autobuses en los que viajaban varios grupos civiles de Guerrero.

La manifestación en Iguala inició a la una de la tarde. Según la policía de tránsito, había tres mil 500 manifestantes en el lugar. Los negocios locales cerraron temprano.

Alrededor de la 1:30PM, cerca de 20 manifestantes enmascarados se separaron de la multitud de miles de estudiantes, maestros y simpatizantes que marchaban por toda Iguala. Después, los enmascarados comenzaron a lanzar piedras al palacio municipal.

Segundos más tarde, el grupo lanzó bombas molotov, tras las cuales se escucharon al menos seis explosiones. El palacio municipal se incendió rápidamente.

#Fotogalería Alcaldía de Iguala arde por desaparición de normalistas http://t.co/wLUxS43SF8 #AyotzinapaSomosTodos pic.twitter.com/l47ZRqZmvN
— Quadratín México (@QuadratinMexico) October 22, 2014

Mientras se extendía el fuego, VICE News vio que los manifestantes entraron al edificio y pintaron con aerosol en los muros frases como "Justicia para los 43" y "Queremos que regresen vivos". Durante la manifestación, la CETEG identificó a tres oficiales de la policía vestidos de civiles como "infiltrados" y los detuvo. No se sabe si los liberaron o cuando lo hicieron.

No es la primera vez que los manifestantes en torno al caso de Ayotzinapa cometen actos violentos. El lunes pasado, los manifestantes rodearon y atacaron el palacio de gobierno en Chilpancingo. El ataque consistió en prender fuego a varias estructuras y destruir las instalaciones. El martes pasado, los maestros y otros manifestantes prendieron fuego a las oficinas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

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Una hora después del ataque al palacio municipal, los estudiantes y maestros desalojaron el lugar y regresaron tanto a Chilpancingo como al campus de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Hasta ese momento no se tenían informes de arrestos o heridos.

Un saqueador en el palacio municipal de Iguala (Foto por Hans Maximo Musielik).

Fue entonces cuando llegó otro grupo de personas al centro de Iguala y volvieron a tomar el palacio municipal.

Al parecer, el nuevo grupo se aprovechó de la ausencia de la policía. A diferencia de los manifestantes anteriores, estas personas no traían carteles. El grupo impidió la entrada a los fotoperiodistas mientras los jóvenes enmascarados se reunían en el patio central del edificio y acto seguido comenzaron a saquearlo metódicamente.

Más tarde, VICE News vio cómo el grupo se subió a unos minibuses y partió hacia una plaza local llamada Plaza Tamarindos, donde continuaron saqueando tiendas y otros negocios. El negocio más afectado fue una tienda departamental. Los saqueadores se llevaron televisores de gran tamaño y otros aparatos electrónicos.

Saqueador en la Plaza Tamarindo después de que los estudiantes desajolaron la ciudad.(Foto por Hans Maximo Musielik)

Las ordenes del presidente municipal

El Procurador General de la República dijo que José Luis Abarca, alcalde fugitivo de Iguala, y su esposa (quien supuestamente está vinculada al cártel) ordenaron directamente el ataque contra los estudiantes y los secuestros que le siguieron. Murillo Karam aseguró que Abarca (molesto por el activismo izquierdista de la escuela) dio la orden de evitar que las protestas de los estudiantes interrumpieran la aparición pública de su esposa.

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El procurador general describió el incidente como un acto de "desapariciones forzadas", la muestra más clara que ha dado hasta ahora el gobierno federal de que las fuerzas estatales llevaron a cabo los ataques. Esto podría incrementar significativamente la presión internacional para que se resuelva este caso. Human Rights Watch dijo que los abusos por parte de la seguridad estatal están "fuera de control".

Se han arrestado a 52 personas —la mayoría policías— por estar relacionadas al caso de Iguala. El procurador general dio a conocer la nueva cifra de cuerpos encontrados en las fosas comunes en los cerros que rodean Iguala. Dijo que la policía ha encontrado 30 cuerpos en nueve fosas, aunque se negó a confirmar si alguno de esos cadáveres pertenecía a los estudiantes desaparecidos.

Murillo Karam mencionó que los policías de Iguala que recibieron la orden de arrestar a los estudiantes estaban coludidos con el cártel de los Guerreros Unidos, organización delictiva que surgió tras la caída del Cártel de los Beltrán Leyva, el cual ejerce un gran poder sobre la ciudad. También dijo que la orden final la dio el presidente municipal, cuyo nombre clave era "A5" en la policía municipal según las declaraciones de los policías interrogados por los investigadores federales.

Un hombre fue arrestado durante la manifestación del miércoles en Iguala (Foto por Hans Maximo Musielik).

El procurador general señaló que María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala, es familiar de dos directores financieros del Cártel de los Beltrán Leyva y que también es responsable de la desaparición de los estudiantes. Murillo Karam añadió que las autoridades siguen buscando a los estudiantes desaparecidos.

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El caso de los estudiantes desaparecidos ha provocado protestas en todo el mundo.

El miércoles pasado se realizaron marchas y protestas solidarias en varias ciudades a lo largo de México. Una de estas protestas fue un gran mitin en Distrito Federal. Al menos 39 universidades de la capital aseguraron que harían un paro de dos días para exigir el regreso los normalistas.

También se han realizado manifestaciones en Barcelona, Buenos Aries, París, Chicago, Río de Janeiro, entre otras ciudades.

La Universidad de #Guanajuato y la @UDG_oficial con #Ayotzinapa. (vía @yosicreoentigro e @ixchelasc) pic.twitter.com/7ssBCNLfDz
— AnimalPolitico.com (@Pajaropolitico) October 22, 2014

En Argentina, al igual que en varios países latinoamericanos donde hubo manifestaciones, decenas de personas se reunieron el miércoles afuera de la embajada de México ubicada en Buenos Aires para exigir el regreso de los estudiantes.

Muchos argentinos dijeron a VICE News que estaban preocupados por los ataques en México debido a que Argentina vivió una dictadura que se caracterizó por los abusos que sufrió la sociedad a manos del gobierno. Al parecer, el caso de Ayotzinapa tocó fibras sensibles incluso a pesar de que México está lejos de llegar al mismo nivel de violencia por parte del gobierno que se vivió durante la "Guerra sucia" en Argentina.

"Sabemos lo que es tener un gobierno violento, lo hemos vivido en esta región del continente", dijo uno de los manifestantes, quien se identificó como Julio, de 32 años de edad. Julio insinuó que la desaparición de los estudiantes era un ataque contra la resistencia popular y añadió la siguiente frase: "Esto es claramente un ataque político".

Un cartel pegado en una reja frente a la Embajada de México en Buenos Aires (Foto por Emanuel Villavicencio).

A medida que se preparaban miles de estudiantes y manifestantes para el paro de dos días en la Ciudad de México, Eder Aguilar Nova, de 26 años de edad y alumno de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, dijo que los mexicanos están hartos de la complicidad entre los políticos y los criminales en el país.

"Este paro es para alzar la voz e informar a todas las personas que sólo ve la televisión porque en ese medio no dicen la verdad", dijo Aguilar. "Yo le diría a esta gente que el gobierno [el partido que sea: PRI, PAN, PRD] está en un contubernio con el narcotráfico y los grupos narcopolíticos. Y que otra vez están reprimiéndonos".