FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

DMT por la deep web

Así se compran las drogas en el siglo 21.

Agora Market. Foto vía.

A mi amigo Lulu158 le gustan las drogas. Le gustan tanto que ha probado 12 de ellas, incluyendo la salvia, los hongos, la cocaína, el MDMA y la mariguana, con la que perdió su inocencia psicotrópica incluso antes de que llegara al cigarro, con apenas 13 añitos, y a la que muy pocas veces le dice que no. Hoy nos disponemos a comprar DMT, o la molécula espiritual cómo la llama él, para que su lista crezca.

Publicidad

La única referencia que tenía yo del DMT era esa escena de fractales que detesto en Enter The Void, esa película de culto tan demandada para las fotos de portada en Facebook, en la que un tipo acostado en su cuarto de junkie fuma en su pipa de vidrio una, dos, tres, hasta cuatro veces (de la nada, la escena lo sumerge a uno en un túnel flotante de conexiones cerebrales extasiadas, que parecen bailar con sus tentáculos llenos de droga; quizá la molécula espiritual es una fiesta de colores en la cabeza, no lo sé). Sin embargo, de algo estaba segura, y era que en Colombia no ofrecen DMT en las fiestas, y que había muy pocos dealers de esta droga, al menos en Bogotá. Por eso hoy es martes, son las 9PM., y nos estamos metiendo a la deepweb, esa zona fangosa de internet de la que todos hablan y que nadie termina de entender, a excepción, al menos en mi círculo cercano, del viejo (o ni tan viejo) Lulu158.

Pero vamos por partes.

Después de la mariguana, el ácido se convirtió en su droga favorita y, además, le cambió la vida. Miro alrededor del cuarto de Lulu158 mientras suena una canción de Crystal Castles. Veo un cuadro gigante pintado por él mismo, un par de libros de Hesse y otros acerca de budismo, unas botellas vacías en una repisa de madera, y un controlador Akai arrumado contra la pared. Lulu me sigue hablando del ácido: “Es un cambio de la cotidianidad. Piensa en un estado de conciencia alterado, tú ves lo mismo pero con otros ojos, y hay muchas relaciones que uno no se atreve a analizar fuertemente”. El primer ácido de Lulu fue en el Neusa, como el de muchos de nosotros: “Nunca lo voy a olvidar. Dejamos unas cervezas en la laguna, y en un momento yo no hacía más que pensar en el contacto del hombre y la naturaleza después de toda la mierda que le hemos hecho; ha sido el pensamiento más hippie que he tenido pero fue muy lindo. Yo miraba las montañas mezclándose con las nubes, y veía el agua como cuando aparece en la pantalla la estática de la televisión”.

Publicidad

Esta podría ser la historia de mi amigo Lulu158 con las drogas, de la cual saldrían muchas otras anécdotas, pero no quiero que sea así. Esta historia contara cómo mi amigo se sale con la suya, en un viaje bien profundo, en contra de todas las probabilidades. Un viaje tan literal como el de su primer trip, el viaje de una búsqueda, que comienza precisamente por eso.

Colombia en un país consumidor y productor de drogas donde, irónicamente, ya ni las drogas son buenas. Lulu158 lo sabe hace tiempo, desde que empezaron a reemplazar el ácido original con algo llamado Bombazo, o NB: “El que creemos que traen a Colombia es el 25i, y la diferencia radica en los efectos. Tienden a ser mucho más repetitivos, te meten en un loop que no te deja mirar en perspectiva, solo ahondar infinitamente”. El nombre completo de este compuesto es 25I-NBOMe, un derivado de la familia de los 2C, cuyo personaje estelar es el famoso 2CB. Sin embargo, la lista de los efectos indeseados de este derivado triplica la de los efectos positivos. Al final de la lista se encuentra la muerte. Sí, te puedes morir por meterte esae intento de ácido lisérgico, que entre otras cosas te provoca náuseas, ataques de paranoia, depresión y taquicardia. "Yo tuve un ataque de psicosis con NB acá en mi casa. Recuerdo que estaba pensando mucho en una obra que quería hacer, y en un punto empecé a pensar que era peligroso. Me alteré muchísimo. Yo pensaba 'Si pido ayuda me cago todo' y lo pude manejar. Ahí me di cuenta de que esa vaina era muy videosa".

Publicidad

Cualquier persona pensaría que hasta ahí iban a llegar las aventuras de mi amigo Lulu158 y el ácido. “Yo quedé mamado después de esa experiencia que tuve con el NB; no iba a volver a meter esa mierda en mi vida”. El tiempo pasó, y un buen día que involucró mucha investigación, y un tablero de 4Chan, el viaje formal de Lulu158 empezó. Un tipo escribió: Soy ingeniero químico, actualmente me dedico a producir LSD y producir metanfetaminas, pregúnteme lo que quieran. "Yo le pregunté si estaba consciente de la cantidad de NB que había en este momento en el mundo, y le pregunté dónde podía encontrar LSD verdadero. Me respondió que el LSD estaba escaso, y que mi mejor apuesta era Silkroad, en la deepweb”.

Yo ya estaba cansada de leer y oír historias sobre la compra de drogas por la deepweb. Pero quería presenciar una, porque me sonaba a mito de la gente. Era justificable una compra de ese estilo en Nueva Zelanda o en Azerbaiyán, donde un gramo de cocaína puede alcanzar los 300 dólares. ¿Pero para qué alguien compraría drogas de una forma tan complicada cuando acá casi que llueven? Mi amigo Lulu158 tiene sus buenas razones, que incluyen la pureza, la filantropía y la glándula pineal, entre otras cosas. Quizá hablemos de eso más adelante.

"Yo había leído sobre la deepweb en 4chan antes. Tres meses después de lo del ingeniero me puse a hablar con F., un vecino mío y le dije: 'Hagamos esto'". Así Lulu dejó de estar solo, y consiguió un aliado en su búsqueda de algo que parecía no existir más, al menos no en este país. “Nos pusimos a averiguar de criptodivisas, averiguamoslo que era Tor, los dominios de la deepweb, que en vez de .com son .onion… fue muy curioso porque por esa misma época en que nos interesamos en todo esto, hubo un escándalo con la página de SilkRoad en la Deepweb, porque metieron a la cárcel a Dread Pirate Roberts.

Publicidad

Para entender mejor, averigüé en la red normal, la que conozco, y Dread Pirate Roberts sigue manejando la Silk Road, una página en la Deepweb dedicada a la venta de todo tipo de drogas. El nombre no es más que un cargo administrativo de la página, que pasa de administrador a administrador, sin revelar nunca su nombre verdadero durante este cargo. Sin embargo, el Dread Pirate original, Ross William Ulbricht, lleva cerca de un año encarcelado, cuando fue capturado por el FBI por cargos de lavado de dinero, delito informático, conspiración, tráfico de drogas e incluso múltiples intentos de homicidio. El acusado, que en una ocasión se demoró ocho meses para aprobar la publicación de una entrevista anónima que le realizaron, alega que no hubo asesinatos, a pesar de que existe evidencia de 730 mil dólares en pagos para cometer los atentados de seis personas diferentes, todos para proteger la identidad y el capital de la página, según afirman personas allegadas a Ulbricht.

Es muy probable que la gente que utilizó por primera vez la palabra navegar alreferirse a la web no supiera lo acertada que estaba siendo. Cuando uno se mueve por las profundidades de la web, difícilmente navega y mucho menos deja estela: este es un espacio donde en lugar de escribir .com, toca escribir .onion, donde Google Chrome es reemplazado por Tor, con el único objetivo de ocultar la identidad del usuario y lo que está  haciendo. Cuando uno esconde algo es porque ese algo está mal. Y aunque la deepweb tiene cosas tan beneficiosas como bibliotecas y hemerotecas enteras, investigaciones, foros y filmografías difíciles de encontrar, tiene otras tantas que es mejor mirarlas a media luz. A medida que me iba sumergiendo, iba entendiendo un poco más, pero no estábamos ni a medio camino.

Publicidad

Existen más páginas aparte de Silkroad, como Silkroad II, Sheepmarket y Agora, página de la que terminó siendo usuario asiduo mi amigo Lulu. “¿Cómo llega uno a esas páginas? Tienes que buscar las direcciones. Y para eso hay que enterarse de los mercados que existen". Mi amigo me pidió no revelar de qué manera llega uno a enterarse de estas páginas, porque si a él le costó tanto trabajo, al resto de gente interesada debería costarle lo mismo.

Agora tiene el nombre bien puesto, porque es como un punto de reunión, pero de cosas ilegales. Dentro de las categorías de mercado que se pueden ver en esta página se encuentran rótulos como Jewelry, Information, Services, Electronics y Weapons, en donde se encuentra desde comida, imitaciones de bolsos y relojes, y enlaces de wikileaks, hasta cosas tan atroces como la leyenda del cirujano que hacía muñecas sexuales humanas para la venta, la cual nunca encontré.

A pesar de que este tipo de cosas escabrosas son muy difíciles de encontrar (por fortuna), lo que sí se ve hasta colgando del techo (en caso de que Agora tuviera uno) son drogas. Entrando a Drug Paraphernalia, o simplemente a Drugs, se despliega un abanico de posibilidades, con foto, gramaje y nivel de pureza propias. Y cuando hablo de abanico, es uno inmenso. Lo que pensaba acerca del puñado de drogas de las que había oído hablar, y la manera en que se consumían, queda totalmente demolido con Agora. Veo puñados de heroína de todos los colores, pastillas psiquiátricas, drogas de diseño que juegan a cambiar la composición cada vez que se les antoje para pasarse de chaqueta la legalidad, y hasta algo llamado RC, o Research Chemical, drogas de diseño que nunca han sido testeadas y son puestas a la venta a módicos precios para el comprador, teniendo en cuenta que serás el primero en el mundo en probarlas.

Publicidad

Pero el día de hoy Lulu158 no se va a ir de curioso, hoy va a la segura con el DMT. “La glándula pineal es la unión entre este mundo y el subconsciente”, comienza a decirme Lulu mientras mira precios. “Muchas culturas se atreven a decir que la glándula pineal es el tercer ojo. Por eso es que yo digo que el DMT es la glándula espiritual, porque la glándula pineal produce DMT naturalmente, eso es algo curiosísimo que muy poca gente sabe”. Mientras la voz de mi amigo suena por todo el cuarto, empiezo a fijarme que al lado de cada precio (la mayoría en decimales) se encuentra el signo ฿. En la Deepweb no son válidos ni los pesos ni los dólares ni los euros. Internet es un país y el bitcoin su divisa oficial.

Alex Grey, uno de los artistas favoritos de mi amigo Lulu158, el cual relacionan mucho con el consumo de DMT. Foto vía.

El bitcoin es una criptodivisa o criptocurrency, que para algunos está revolucionando el mundo económico desde 2009. Ha sido capaz de entrar como Juan por su casa a la infranqueableCorea del Norte, sin que el mismísimo Kim Jung-Un pueda hacer nada al respecto, mientras que la banca internacional la tilda de ser una divisa arriesgada e incluso anarquista. Todo esto radica en que es una moneda descentralizada que no utiliza ningún tipo de intermediario, es decir, ningún gobierno la respalda, y los bancos no tienen influencia sobre compradores y vendedores a la hora de un trato con bitcoins. Una vez más, indomable.

Publicidad

La compra de bitcoins es sólo el primer paso para lo que estamos por hacer. Esta se hace consignando a una cuenta provista por cualquier persona que venda esta moneda en internet. Tras hacer la compra y mandarle al vendedor de la moneda un comprobante, se transfiere la suma que compramos a una billetera virtual, tres horas después. En vez de cuenta corriente o cuenta de ahorros, los bitcoins se almacenan en billeteras virtuales con contraseña, que puedes decidir dejar en tu computador, en la web, o en la billetera de alguna página, sabiendo por adelantado que en cualquiera de las tres opciones tu dinero puede perderse.

Un bitcoin está costando alrededor de 6,658 pesos, pero puede cambiar de un día para otro; es una moneda muy volátil. “La primera vez la planilla de ácidos nos costó unos 0.3 bitcoins, más o menos dos mil pesos. Para comprarle al vendedor, pusimos la oferta de compra. La transacción se finalizó a través de un método llamado escrow, en el que los bitcoins salen de mi billetera, pero se quedan en la página. Es decir, no llegan directamente al bolsillo del vendedor”.  Gracias al escrow, se garantiza que el comprador reciba el encargo, pues el dinero solo se le desembolsa al dealer una vez el encargo llegue al destino de entrega señalado (Lulu158 no quiso decirme a dónde llega el encargo, por cuestiones obvias) .

Muchos dealers en la deepweb sospechan de este primer método, pues no tienen garantía de que, una vez entragada la droga, van a recibir el dinero. Por eso es común que requieran el método Finalize Early (FE) que obliga al usuario a declarar en el sistema que el pedido ya llegó antes de que en realidad haya llegado, para que el vendedor reciba el dinero mucho antes de su arribo. “Los dealers lo hacen frecuentemente con clientes en países donde el paquete corre mucho riesgo de ser interceptado, donde nunca han vendido, o simplemente para evitar que la página no se robe la plata”.

Publicidad

Lulu me cuenta que la primera vez que compró drogas con F. en la deepweb probaron suerte con otra página llamada Shipmarket, con vendedores con nombres como Heisenberg o Gamma Goblins, a quienes les compraron un cartón con 25 ácidos, o planilla, como se le llama. “Pasaron cinco días y Shipmarket dejó de funcionar. Cuando nos dimos cuenta, los dueños cerraron la página y se robaron toda la plata que había adentro. Nuestro dinero fue enviado, pero nunca le llegó al vendedor, quedó en Escrow. Yo soy súper filántropo con esas cosas y para mí fue muy doloroso que el dealer se quedara sin su paga. Igual a nosotros no nos robaron, porque el producto llegó”.

¿Cómo puede ser uno filántropo con un dealer, cuya labor es vender drogas ilegales? La pregunta se va respondiendo a medida que voy entendiendo más a Agora. Es una página hecha por la gente para la gente, donde el prestigio de un vendedor se basa en el criterio de los compradores, los comentarios y las calificaciones, que van de 1 a 5. Entre más deals tenga un vendedor, más confianza genera en los compradores. “Es una comunidad muy cerrada que va en pro de que esto siga bien, hay mucha confianza en el ser humano”. Al buscar la mejor oferta, me doy cuenta de esto. Los vendedores se saludan y se despiden con un namasté, son gentiles al negar una compra (por ejemplo, hay quien vende solo en la Unión Europea), o le desean lo mejor a uno en su “búsqueda”. Lo sorprendente es que la mayoría de vendedores tienen promedios casi perfectos, y las retroalimentaciones son igual de buenas. Al parecer los dealers de la deepweb se toman el trabajo muy en serio, mandando drogas de excelente calidad a todas partes del mundo.

Publicidad

¿Cómo mierdas llega la droga de Holanda o Bélgica a Colombia o cualquier otra parte del mundo? Es un asunto medio hacker y medio encriptado, que me hace sentir como un Assange o un Snowden, o como una gran tarada, porque en realidad no termino de entender. Lulu me explica que a través de un programa llamado Pretty Good Privacy envía de forma encriptada la dirección de llegada al dealer al otro lado del mundo. Cuando el vendedor obtiene la dirección del comprador, realiza el envío, que generalmente no cuesta mucho cuando se trata de drogas. El resto no lo sé yo ni lo sabe mi amigo Lulu158. Él solo se va a encargar, tras la compra, de estar en la dirección que le da al comprador. “La primera vez, después de muchos días, nosotros pensamos que no iba a llegar nada. Un día fui a revisar, y me había llegado una carta. No me lo creía. Era un sobre tamaño carta, todo escrito en polaco y al final decía mi nombre y Bogotá, con una estampilla reloca. Cuando abrimos la carta con mi amigo venía una foto con un texto, una cartulina con un cuadradito de plástico y el LSD. Lo curioso fue el texto, porque hablaba de que para la revolución del hombre se necesitaba cambiar la percepción del tiempo como lo teníamos entendido”.

Mi amigo Lulu158 lo había logrado. Había roto toda predicción, toda restricción, había callado a toda persona escéptica, cambió todo orden natural en este país. Había metido drogas cuando lo que sucede normalmente acá es que salgan, y lo habría hecho con el DMT, si no fuera porque luego de la compra de hoy,  se dará cuenta de que no dio la información correcta sobre la dirección de destino.

Durante un mes, esperaremos, pero el DMT nunca llegará. Yo perderé la esperanza y el vendedor se negará a hacer un reship, aunque al menos regresará la mitad de la plata.

Algunos de los productos que puedes encontrar en la Deepweb. Foto vía.

Han pasado dos meses desde que me sumergí en la deepweb con Lulu. Es junio de 2014, y me dirijo de nuevo a su casa en el norte de Bogotá. Me está esperando impacientemente, puteándome por Whatsapp y llamándome al celular. Después de superar el maremágnum al que llaman tráfico en esta ciudad, llego a su casa. Desde por la mañana sabía qué era, y estaba igual de ansiosa que él. Hacía un tiempo le habíamos dado una segunda oportunidad al experimento, y esta vez, después de 20 días, sí había llegado. Nos sentamos sobre la cama de Lulu, con un sobre entre nosotros. Él abre un pedazo, yo abro otro. Él rompe una bolsa plateada, yo abro una bolsa plástica transparente con mis dientes. Mi amigo Lulu158 lo ha logrado otra vez, y conmigo, de paso. Se siente una euforia extraña. Una euforia mezclada con miedo, porque tienes la certeza de que estás retando al mundo y le ganaste, pero también tienes la certeza de que esto no puede estar bien, no al menos frente a los ojos de tu mamá.

El mundo está cambiando. Me lo dicen cosas como el bitcoin, una moneda que no le pertenece a nadie, o el hecho de que uno pueda pedir drogas a domicilio desde cualquier parte del mundo como si fuera pollo asado. Es evidente que estamos moviéndonos hacia una dirección totalmente nueva, montados al parecer en una nave matriz llamada internet. ¿Hacia qué dirección vamos? No tengo ni la más maldita idea. Lo único que corroboré durante esos días, es que cada vez estamos más cerca no solo de hacer lo que queramos, sino a la larga, ser lo que se nos dé la gana de ser.

Nathalia está convencida de que a esta historia aún le faltan varios capítulos. Si quieres ayudarle con info, escríbele a nataguerrero_67@hotmail.com.